sábado, 15 de mayo de 2010
La UCEP con otro nombre y reciclada
Viernes, 7 de mayo de 2010 Pagina 12
Un nuevo organismo del gobierno porteño volvió a hacer desalojos de indigentes en la ciudad.
El servicio de Higiene Urbana, que se encarga de la limpieza en la ciudad, se lleva colchones, frazadas y otras pertenencias de los sin techo, según una denuncia que ya analiza la Defensoría del Pueblo. Ahora, los nuevos operativos son de día.
Las pertenencias de los sin techo que quedan en la calle o vereda son llevadas ahora cuando los indigentes no están presentes.
Por Gustavo Veiga
El gobierno porteño cambió el modus operandi, pero no la política de fondo hacia las personas en situación de calle. La UCEP, que se ensañaba con ellas, le cedió esa faena al servicio de Higiene Urbana. Como los sin techo que pueblan Buenos Aires son cada vez más numerosos y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público no puede con ellos, ahora va contra sus escasas pertenencias. Transforma todo lo que poseen en basura. Al menos una de las empresas que se ocupan de la recolección de residuos, Urbasur, ya tiene una denuncia ante la Defensoría del Pueblo por haberse llevado en sus camiones colchones, frazadas y otros enseres de indigentes. Una pareja de personas discapacitadas reveló ese despojo que ocurrió en el barrio de Almagro, y que no es el primero registrado en el año. En la misma cuadra, a un hombre mayor le sucedió algo parecido un mes antes. A otro que criaba palomas en San Cristóbal, debajo de la autopista 25 de Mayo, se las arrojaron con sus respectivas jaulas adentro de otro camión. Otro tanto pasó con todos sus bártulos. Y en La Boca hubo un operativo donde se incautaron bienes de indigentes en la esquina de Brasil y Pedro de Mendoza. La novedad es que ahora suele actuarse de día y cuando los damnificados no están presentes.
Laura Graciela Soria y Eduardo Ramón Sotelo hicieron su denuncia en la Defensoría del Pueblo el martes pasado. Viven a la intemperie sobre Hipólito Yrigoyen, entre Castro Barros y Yapeyú. Relataron que ese día dejaron sus cosas ahí y fueron hasta el hospital municipal Méndez. En el expediente consta: “Al regresar aproximadamente a las 11 horas de la mañana ya no encontraron sus pertenencias, entre las que había una carpa, ropa, herramientas de trabajo, un celular, bolsos, una cocina anafe, un equipo de música, una videocasetera, un televisor de 20 pulgadas, un centrifugador, un lavarropas y una garrafa”.
La mujer, de 34 años, declaró que “los vecinos del lugar informaron que quien se había llevado las pertenencias era un camión de basura de la empresa Urbasur”. Aunque todavía no realizó la denuncia judicial, sí la presentó en la Defensoría y agregó un certificado de discapacidad. Soria y Sotelo fueron acompañados por tres integrantes del Espacio Comunarte, ubicado en Castro Barros 236. Adriana Bastos, Rosa Cóceres y Pablo Estomba corroboraron sus dichos.
En efecto, dijeron que habían tomado conocimiento por unos vecinos de Almagro que “el día 28 de abril a las 9.30 de la mañana, aproximadamente, se presentó un grupo de personas con un móvil policial de la comisaría 10a (número 1274, patente SCZ 501) y tres camiones de Urbasur (patentes VUZ 244, ETE 730 y ENX 059, uno de ellos con el interno 6403) junto a dos autos particulares (Kangoo roja y Chevrolet gris)”.
La abogada Bastos contó que se enteró de cómo “se arrojaban todas las pertenencias de la señora Soria y el señor Sotelo en los camiones de basura (entre los que había ropa, frazadas y colchones) y posteriormente cómo procedieron a limpiar la vereda”. El saqueo ocurrió el 28 de abril y no sería el primero de esas características en la zona. Estomba recuerda en diálogo con Página/12 que el 31 de marzo “hubo otro hecho igual con un hombre mayor. Lo agarraron y le sacaron sus cosas. Y fue para las vísperas de Semana Santa en la vereda de enfrente de la misma cuadra donde todavía viven Soria y Sotelo. Pero esta vez, el viejito se les escapó con lo poco que tenía”.
De la denuncia ante la Defensoría se desprende también que, al menos el Chevrolet gris, actuó en los dos operativos donde se llevaron los bienes de las personas en situación de calle. El espacio Comunarte, con todos estos datos, presentará el caso ante el Inadi. Curiosamente, en su dirección de Castro Barros 236 funciona una sede comunal de ese Instituto que recibe denuncias.
Estos casos salpican a la Subsecretaría de Higiene Urbana para la que trabajan empresas prestatarias como Urbasur. Los indigentes organizados en la ONG Proyecto 7 y otras entidades sociales que acompañan sus denuncias coinciden en responsabilizar a aquella dependencia del gobierno porteño que integra Ambiente y Espacio Público, el ministerio a cargo de Diego Santilli.
Indigentes que duermen debajo de la autopista 25 de Mayo a la altura del barrio de San Cristóbal sostienen que no vieron actuar más a la UCEP, pero sí que continúan haciendo de las suyas las empresas de camiones de basura. En la calle Pasco, entre Cochabamba y Constitución, a comienzos de año fue incautada la mayoría de las pertenencias de un hombre que criaba palomas sobre la vereda, junto a una playa de estacionamiento. “Le llevaron todo, hasta los pájaros con las jaulas, porque tenía palomas y una torcaza. Las metieron en un camión”, recuerda Alex, un cartonero que duerme en la misma cuadra. El 1º de octubre de 2009 había acontecido ahí el último operativo resonante de la UCEP. Esa noche, la patota golpeó y abusó de una mujer embarazada, Carla Baptista, quien presentó una denuncia formal por la agresión ante la Justicia.
Según Proyecto 7, en abril se registró en el barrio de La Boca un operativo donde también intervino Higiene Urbana. En la esquina de Pedro de Mendoza y Brasil, en la zona vecina al casino flotante, camiones de recolección de residuos se llevaron colchones, frazadas y otros elementos de indigentes que pernoctaban debajo de la autopista que va hacia La Plata.
De la misma manera en que se probó cómo la UCEP recibía apoyo logístico de camiones con la inscripción Transporte Panizza –otra compañía que hace la recolección de residuos–, los de Urbasur fueron identificados por vecinos de Almagro y personas en situación de calle en los operativos más recientes. Esta empresa controla la Zona 3 de la ciudad, en el sur del mapa porteño. Se trata de una unión transitoria de empresas donde figura Transportes Olivos, que asimismo integra el grupo español ACS. Los negocios de este último y poderoso conglomerado están direccionados a la recolección diferenciada, por eso tiene adjudicados los edificios públicos del gobierno local, los hoteles de cuatro y cinco estrellas, los edificios de más de 19 pisos y la Corporación Puerto Madero.
ACS emplea a más de 32 mil personas en 42 países fuera de España y sus contratos en la Argentina son bastante recientes, según un informe que le brindó al directorio Florentino Pérez, el presidente del grupo. Este multimillonario tiene una vida social muy difundida ya que preside el club Real Madrid, uno de los más poderosos del mundo, que gastó fortunas en la actual temporada para reforzarse con jugadores de lujo como Kaká y Cristiano Ronaldo. En nuestro país, ACS participa en las concesiones de Covisur, Autopistas del Sol, Aunor y AUFE, además de otros grandes emprendimientos en la construcción a través de Dycasa y Probiar.
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