Este es el espacio virtual que comparte el grupo "En la Calle", formado por algunos otros grupos y personas que no son grupo, para encargarse de un punto esencial que no está en la agenda de ningún funcionario: las personas en situación de calle.
Algunos/as compartimos un plato o un abrigo, unas palabras, algún medicamento, información, con personas que se encuentran en esa instancia. Sabemos, que ninguna persona nace para vivir en la calle, y que entre todos/as algo podemos hacer, por eso nos juntamos y hacemos. Por ejemplo, la difusión y divulgación de un proyecto de ley presentado en la legislatura, que se ocupa de este sector desprotegido, pensada y puesta en palabras por compañeros/as que han atravesado por esa situación, y por otras que han ayudado.
También, creemos que hacer visible este conflicto social es muy necesario, y que en tal sentido no tenemos miedo ni reparos en "hacer política". Por lo que nos embarcamos en esta campaña para que no haya mas muertes en la calle, por frío, hambre, enfermedad, discriminación, a la que pueden sumarse quienes quieran participar.
Funcionamos en forma asamblearia y horizontal, y no estamos buscando votantes, buscamos soñadores que crean que la realidad puede ser transformada, para encontrarnos y realizar.
Lo imposible solo tarda un poco más

lunes, 7 de junio de 2010

Hay más de 15 mil personas en situación de calle en Capital

Fotografia Walter Sangroni


Diario Popular domingo 6 de Junio

Un total de 113 personas en situación de calle murieron a causa de las adversas condiciones climáticas y la falta de asistencia en la Capital Federal durante el último año y casi 15 mil afrontan ese riesgo potencial cada día, de las cuales 4.500 son niños y 2.000 adultos mayores, de acuerdo a los datos relevados y denunciados por la organización no gubernamental Proyecto 7 Buenos Aires que viene impulsando un proyecto de ley para darle un marco a esta problemática, a la que las políticas oficiales no alcanzan a dar una solución y sólo aplican medidas paliativas.
Esta cantidad de gente que vive en la intemperie y a las que “técnicamente” se denomina en situación de calle forma parte de un paisaje invisibilizado de muchos lugares de la geografía porteña. Los albergues, hogares de tránsito y centros de contención social, tanto gubernamentales, como los dependientes de iglesias o entidades intermedias, resultan insuficientes ante la demanda, al mismo tiempo que ciertas iniciativas apuntaron a impedirles su permanencia en la vía pública, con cuestionables métodos represivos.
Al margen de las complejas circunstancias de la vida que derivaron en que muchas personas pasen a pernoctar frente a edificios públicos, parques, plazas, en los bajo autopistas o en estaciones ferroviarias, los desalojos de inquilinatos, pensiones truchas o casas ocupadas también contribuyeron, en los últimos tiempos, a que miles de familias queden en la calle. No obstante, el Ministerio de Desarrollo Social del gobierno de la ciudad de Buenos Aires reconoce una cifra muy inferior, “dicen que hay 1950 personas en situación de calle, aunque admiten que subsidian a 7300, en otra de las cosas que no se entienden de esta administración de Mauricio Macri”, sostienen los integrantes de la ONG.
Desde el amparo constitucional del “derecho a una vivienda digna”, Proyecto 7 Buenos Aires plantea como eje fundacional: “conseguir el mayor objetivo de nuestra tarea, el de dejar de existir”. Es que, a partir de las experiencias individuales y que se traducen en lo colectivo, afirman que “nadie está en la calle porque quiere o le gusta. Vivir sin un techo es una condición indeseable y que al margen de ciertas situaciones particulares, está relacionada con una expulsión social. Familias desalojadas que con sus hijos no tienen a donde ir, hombres sin trabajo que al quedar desocupados fueron perdiendo todo, pibes escapados de sus casas, conforman esas miles de personas que luchan diariamente por sobrevivir en la ciudad”.

Sin “códigos” por paco

Esta iniciativa para “trabajar” por los que padecen el mismo sufrimiento se remonta al mes de abril de 2007, cuando un grupo de siete muchachos convirtió un “trabajo cooperativo” en la idea de “empezar a llamar la atención de las autoridades”. Horacio Avila, uno de los impulsores, es uno de los pocos que ha logrado el “privilegio” de poder “salir de la calle”, luego de haber pasado un largo período de su vida deambulando por la zona de Congreso y por ende, conoce el “terreno” como pocos.
En base a su experiencia, no duda en manifestar que “las sucesivas crisis económicas y sociales han colocado a mucha gente en situación de calle, quienes intentan superar la situación con la colaboración de sus pares y la solidaridad de no muchos vecinos o comerciantes. De todas maneras, las cosas han cambiado mucho desde la irrupción del paco, una droga barata, que hace estragos entre los pibes y que vino a romper los códigos de la convivencia entre quienes, se supone, están en la misma”.
El emparentar a estas personas con el delito forma parte de un mito popular, difundido por aquellos que optan por obviar la realidad y, en general, se pronuncian por sacarlos de los lugares transitorios que ocupan sin importarles a donde deberían ir. Sin dudas, existe un alto grado de discriminación y carencia de compromiso comunitario. “La calle no hace más que reflejar a la sociedad. Hay de todo, drogadictos, borrachos, chorros, vagos y sobre todo, gente que trabaja, como pasa en cualquier barrio y negarlo es parte de una actitud hipócrita”, responde Avila.
El servicio de asistencia de la línea telefónica 108 es la herramienta con la que cuentan los vecinos de todos los barrios porteños para informar a las autoridades sobre la existencia de personas en situación de calle y en caso de obtener esa asistencia primaria, su correlato inmediato es el alojamiento en paradores o albergues. “Sólo aquellos que alguna vez pasamos por esos lugares sabemos las condiciones de alojamiento precario que se brindan y lo difícil que es acceder, formando largas colas o estar pendientes de conseguir el numerito. Por ejemplo, en el de Retiro, en verano las temperaturas son más altas que en la calle y hasta se recuerda la intervención del juez Gallardo para que se respeten las mínimas condiciones de higiene y salubridad”, expresa uno de los promotores de la organización.
El grado de unidad en la lucha que se registró durante 2009 entre los distintos sectores que se ocupan de colaborar con la gente que vive en espacios públicos se vio potenciado por la puesta en práctica de algunas disposiciones del gobierno porteño. Al respecto, Horacio Avila cuenta que “cuando Macri decidió profundizar su política de expulsión, a través de métodos violentos, golpeando a familias y ancianos con los muchachos de la UCEP, se pudo difundir lo que tanto veníamos denunciando. Si bien ahora ha mermado un poco, los de Higiene Urbana siguen operando, con procedimientos donde corren a la gente y le llevan las pocas cosas que tienen a un depósito, donde después se hace difícil recuperar”.
“La calle no es un lugar para vivir”, es el lema rector de esta ONG, integrada por “personas que atravesaron o que están atravesando la situación, con la convicción de que, a través del colectivo y el esfuerzo común, nos será más sencillo encontrar las posibles soluciones y llegar a una verdadera inclusión social, rescatando plenamente los derechos individuales, humanos y constitucionales de cada persona en situación de calle”.

1 comentario:

  1. ESTOY!!!
    ABRAZO!
    .
    Les comparto algo de mi blog

    http://www.juliocolantoni.com/blog/?page_id=3148

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